lunes, 15 de agosto de 2011

El General San Martín en Luján


Desde 1813, San Martín llevó siempre consigo el relicario de la Virgen de Luján, obsequio de su esposa, y desde 1823 guardó religiosamente sobre su pecho la preciosa reliquia, según testimonio del nieto del general Olazábal, quien la entregó al museo de la histórica villa.
En 1818, después de la campaña de Chile y antes de libertar al Perú, San Martín se dirige a Buenos Aires y aprovecha el viaje para postrarse ante la Imagen de la Virgen de Luján, dándole gracias y pidiéndole su bendición.
En 1823, en su último viaje de Mendoza a Buenos Aires, al pasar por Luján, fue nuevamente a los pies de la Virgen para agradecerle el feliz éxito de sus campañas, consolarse de la muerte prematura esposa e implorar su auxilio en la adversidad y en el ostracismo, lejos de la Patria que había fundado.

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